Economía

Impactos económicos por FAN

Aunque en México los estudios sobre el impacto económicos de los FAN son escasos debido a la falta de interés de economistas hacia esta problemática, podemos citar algunos ejemplos como los ocurridos en la costa occidental de la península de Baja California y del Golfo de California durante ciertos periodos y que involucran especies de FAN diferentes.

En el 2002, el dinoflagelado Ceratium furca causó la muerte de más de 500 t de atunes aleta azul (Thunnus orientalis) mantenidos en encierros en la región de Puerto Escondido, a 15 millas al sur de la Bahía de Todos Santos en Ensenada, Baja California. Durante este FAN los atunes murieron en menos de 48 horas, lo que causo una pérdida económica de entre 12 y 15 MDD (Medina-Elizalde et al., 2016).

En 2006, se registró un FAN de la diatomea Pseudo-nitzschia spp. en la Bahía de La Paz, Baja California Sur, donde se implementó una veda sanitaria y el gobierno estatal dio apoyos extraordinarios a 650 familias afectadas (alrededor de $600,000 pesos) además de 1,230 despensas. De manera adicional con la declaratoria de emergencia, las dependencias de SAGARPA, SEDESOL, entre otras, dirigieron recursos a los pescadores afectados, a través de programas como el de “Empleos Temporales” (Guluarte-Castro y Bañuelos, 2007).

En la zona del Pacífico norte (desde Punta Abreojos al Estero el Coyote) en Baja California Sur, el dinoflagelado Akashiwo sanguinea proliferó en agosto y septiembre del 2007, registrándose una mortalidad de 92,000 ejemplares de langosta (Panulirus interruptus) equivalente en promedio a 45 t con un precio de alrededor de 20 millones pesos. También ocasionó la muerte de 2.5 toneladas de abulón (Haliotis spp.), además de la mortandad de cantidades importantes de caracol panocha, ostión, pulpo y peces. De acuerdo con cálculos conservadores, la pérdida de abulón representó alrededor del 45% de la población, 80% de la población de caracol y del 92 al 100 % del ostión. Además, el reclutamiento de langosta se vio afectado debido a que estaba ovodepositando.

Otro evento que ocurrió en la Bahía de Todos Santos en el 2012 dejó pérdidas económicas importantes cuando se registró un florecimiento dominado por Dinophysis spp. que llevó a una veda sanitaria que prohibió la extracción de moluscos bivalvos durante tres meses aproximadamente, representando una reducción en la producción de 200 t de mejillones cultivados (Medina-Elizalde et al., 2016).

Finalmente, en el 2015, en la región del alto Golfo se registró un FAN del dinoflagelado Gymnodinium catenatum, en el cual se decomisaron alrededor de 6 t de almeja generosa, implicando una pérdida de alrededor de 1.5 millones de pesos. A este costo tendría que adicionarse el pago de combustible y salarios para operadores y buzos. Otro punto importante por considerar es que, durante este FAN, también hubo un evento de carreras de autos todoterreno por lo que los restauranteros que se habían avituallado tuvieron que desechar la almeja adquirida. Finalmente, y también asociado a este evento, los pescadores tuvieron que dejar de pescar y de acuerdo con Zumaya Basurto (2017), las perdidas llegaron casi a 20 millones de pesos.

En síntesis, los efectos económicos de los FAN son significativos en nuestro país, aunque es importante mencionar que, en la mayoría de estos eventos, las perdidas monetarias no han sido cuantificadas y mucho menos las pérdidas económicas asociadas a la degradación del ecosistema y sus poblaciones. Sin duda, estudios que se dediquen a cuantificar estos impactos son fundamentales para entender y justificar esta fenomenología ante los nuevos retos del gobierno y sus políticas de apoyo a la investigación.

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